Si estás en Cusco y tienes un día libre para explorar, ¡te espera una aventura increíble! Esta ciudad combina historia, cultura y paisajes espectaculares, ofreciendo lugares ideales para pasear, aprender y tomar fotos impresionantes. A continuación, algunas recomendaciones para que aproveches al máximo tu día:
La Plaza de Armas es el corazón vibrante de Cusco y el principal punto de encuentro para locales y turistas. Está rodeada de magníficas iglesias coloniales, restaurantes, cafés, y jardines que la llenan de vida a cualquier hora del día. Entre los citios más emblemáticos se encuentra La Catedral del Cusco, una joya arquitectónica que alberga importantes obras de arte de la escuela cusqueña.
Puedes comprar los boletos directamente en la entrada sin preocuparte por disponibilidad, ya que siempre hay acceso durante las horas de atención.
No puedes irte sin una fotografía en la Plaza de Armas con La Catedral de Cusco de fondo. Es un lugar perfecto para capturar el atardecer, cuando los rayos dorados iluminan la fachada de la catedral y los colores del cielo realzan la belleza del entorno. Además, los jardines centrales y las fuentes ofrecen un contraste único que harán de tu foto un recuerdo inolvidable.
El Barrio de San Blas es uno de los destinos favoritos de los turistas que visitan Cusco, conocido como el barrio de los artesanos. Aquí, podrás recorrer tiendas y talleres artesanales donde los artistas locales exhiben y venden sus creaciones, como cerámicas, tejidos, y joyería hecha a mano. San Blas no solo es un lugar para comprar artesanías, sino también para conocer más sobre la cultura cusqueña y su rica tradición artística.
En el corazón del barrio se encuentra la Plazoleta de San Blas, un espacio encantador rodeado de cafés y restaurantes. En la plazoleta, también podrás visitar la Iglesia de San Blas, una pequeña pero significativa iglesia que alberga un impresionante púlpito tallado en madera. Además, no te puedes perder el ascenso al Mirador de San Blas, que te ofrecerá una vista panorámica espectacular de toda la ciudad.
Es un rincón único y encantador que no puedes dejar de explorar si te encuentras en Cusco.
El Templo de Qorikancha, uno de los lugares más sagrados durante el Incanato, era el principal centro religioso dedicado al Dios Sol, pero también albergaba santuarios para otras divinidades incaicas, como la Luna, la Tierra, el Rayo, el Arcoíris y las estrellas. En este majestuoso templo se realizaban rituales y ofrendas, donde abundaban objetos de oro. Su arquitectura refleja la increíble habilidad de los incas para construir muros perfectamente alineados, sin el uso de mortero, lo que impresiona por su precisión y simetría. Además, en Qorikancha se guardaban los restos de miembros de la realeza inca, lo que lo convertía en un sitio ceremonial y funerario.
Tras la llegada de los españoles, el templo fue parcialmente destruido y sobre sus cimientos se construyó el Convento de Santo Domingo. Esta construcción representa un testimonio de la conquista española y la destrucción de la cultura inca, dejando solo algunos restos de la arquitectura inca original. El contraste entre las piedras incas pulidas y los arcos coloniales es uno de los atractivos más fascinantes del lugar.
Ubicada a unos 45 minutos a una hora de caminata desde la Plaza de Armas, Sacsayhuamán es una imponente fortaleza inca conocida por sus gigantescos bloques de piedra ensamblados con una precisión sorprendente. Es uno de los sitios arqueológicos más impresionantes de Cusco, rodeado de espacios abiertos que ofrecen vistas panorámicas de la ciudad de Cusco y los Andes.
Desde Sacsayhuamán podrás disfrutar de la naturaleza y la belleza del paisaje cusqueño. Este sitio es parte del "City tour de Cusco", que incluye otros sitios importantes como Qenqo, Puca Pucara y Tambomachay, lo que hace la experiencia aún más enriquecedora.
El Mercado de San Pedro es el mercado más antiguo y emblemático de Cusco, conocido por su vibrante ambiente y su rica oferta cultural. Diseñado por el mismo arquitecto que creó la Torre Eiffel en Francia “Gustave Eiffel”, este mercado es un lugar ideal para sumergirte en la vida cotidiana de los cusqueños. Aquí encontrarás una amplia variedad de artesanías, platos tradicionales, postres, jugos, frutas frescas entre muchas cosas mas..
Este mercado es perfecto para un desayuno energético o un almuerzo auténtico, donde puedes probar platos típicos como el cuy chactado, sopa de quinua o chicharron. Es un espacio vibrante que refleja la riqueza de la cultura local y es ideal para llevarte recuerdos únicos.
En Cusco, la historia se vive en cada rincón, y uno de los tesoros rescatados recientemente es el Acueducto de Sapantiana. Este impresionante acueducto colonial, que había permanecido oculto durante años, ahora se puede visitar en un breve recorrido por los barrios de San Cristóbal y San Blas, convirtiéndose en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad.
Situado a 3,500 metros sobre el nivel del mar y a 900 metros de la Plaza de Armas, este acueducto es una obra de ingeniería hidráulica construida entre los siglos XVII y XVIII por la Orden de los Jesuitas y el Ayuntamiento de Cusco. Con su distintivo muro de arcos de cuatro niveles, se utilizaba para transportar agua del río P’ujru a la ciudad virreinal hasta 1950. Hoy, es un valioso vestigio que refleja la rica historia de la región.
La Calle Hatun Rumiyoq es un lugar fascinante en Cusco, famoso por albergar la Piedra de los Doce Ángulos, un destacado ejemplo de la maestría de los incas en la arquitectura. Esta calle, con sus muros incas y casas coloniales, ofrece un recorrido por la rica historia de la ciudad, donde se aprecia la fusión de las culturas inca y española. Además, muy cerca de la calle, se encuentra el Museo del Palacio Arzobispal del Cuzco, un importante sitio religioso que añade más valor histórico a la zona.
Asegúrate de tomarte una foto junto a la Piedra de los Doce Ángulos, destacando la precisión de los cortes de piedra que caracterizan la obra incaica.
La Calle 7 Borreguitos es una encantadora y estrecha vía ubicada en el corazón del Centro Histórico de Cusco, a pocos pasos de la Plaza de Armas. Su nombre proviene de una historia colonial en la que siete borreguitos eran los únicos habitantes de esta calle perteneciente a un antiguo convento. Al caminar por ella, te maravillarás con la arquitectura colonial que la rodea, caracterizada por coloridas puertas y ventanas. La calle está llena de pequeñas tiendas, restaurantes acogedores y talleres de artistas locales, ofreciendo una experiencia ideal para disfrutar de la deliciosa gastronomía cusqueña y adquirir artesanías únicas.
No te olvides tomarte una foto que tenga de fondo la Calle 7 Borreguitos.
Si te cientes mareado procura tomar mate de coca, para que le ayude un poco.
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